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Foto del escritorDelia Hernández

LOS SENTIMIENTOS (Y EMOCIONES) DE TODA UNA NACIÓN: Nayib Bukele y la emotividad de “su seductora dictadura”

COLUMNA: Las Neuronas no tienen género



“El Salvador ha cambiado enormemente, lo que estamos viendo ahora es un renacimiento, hemos vuelto a nacer”. Nayib Bukele, Presidente de la República de El Salvador

I. INTRODUCCIÓN


Bienvenidos y ¡feliz lunes! Este día, presento esta columna con la intención de que entendamos lo que ha hecho que, el Presidente de El Salvador, el tan admirado por muchos pero sumamente críticado por otros (y entre esos otros, los principales organismos internacionales -en todo el mundo- que promueven la paz mundial, entre otras cosas) Nayib Bukele, haya resultado reelecto de manera impresionante no solamente dentro los límites geopolíticos de su Nación, sino allende las fronteras, donde centenares de salvadoreños no importando las largas filas o incluso, lo adverso del clima, votaron desde las diversas ciudades de los Estados Unidos (en donde colocaron sedes oficiales para votar tales como Hyattsville, Maryland; Long Island, New York; San Francisco, California; Katy, Texas; Springfield, Virginia) y en ciudades de Europa como Milán en Italia; Barcelona en España; así como en Francia y Suecia.

A esta hora en que estoy redactando este texto, se ha dicho por la encuestadora Gallup que prácticamente, el Presidente Bukele arrasó en las urnas salvadoreñas con casi el 90% de la votación del electorado en este país centroamericano (según la declaración de Luis Haug, en donde afirma que 9 de cada 10 votos de los salvadoreños refrendan la decisión del electorado para que por cinco años más, gobierne el actual Presidente de El Salvador). En donde, mención aparte, la gran esperanza de todos los salvadoreños es que, precisamente, el Presidente Bukele continúe al frente como Primer Mandatario por la sensación y percepción de seguridad que ha generado hacia los ciudadanos de Latinoamérica y, realmente, del resto del mundo, al lograr que El Salvador, de ser el país considerado más inseguro de todo el planeta, esté actualmente considerado como el país más seguro (cuando menos de Latinoamérica), lo cual refrenda tajantemente, también al obtener -por parte de la percepción internacional- el reconocimiento de ser el Primer Mandatario más popular de todo el mundo (colocándose en segundo lugar, el mandatario mexicano, quien será objeto de otro artículo en alguna otra ocasión).

A pesar de todas las críticas y censura internacional por parte de Derechos Humanos, la ONU y demás organismos internacionales... ¿Cómo Nayib Bukele ha logrado “esta magia” de hacer que toda la ciudadanía de un país vaya a votar y gane por casi un 90% la elección, sueño de todo candidato en una contienda electoral?

Hagamos un poco de historia; recordemos que el empresario Nayib Bukele, con su partido “Nuevas Ideas”, el primero de junio del año 2019, logró imponerse al bipartidismo que durante más de treinta años gobernó este país centroamericano, tiempo en que entre otras cosas, las pandillas salvadoreñas se apoderaron no solamente de las calles salvadoreñas sino, prácticamente, de la decisión de quién vivía o moría en el país centroamericano -y también bajo qué condiciones o circunstancias-. Ante el hartazgo y el terror (psicológico y real) de vivir de manera cotidiana con miedo a morir, a ser secuestrado, extorsionado, etc., surgió la figura de un candidato distinto que representaba una pequeña esperanza en ese país tan violentado y atemorizado por pandillas. Un candidato outsider y rebelde (arquetipos de los que ya hemos hablado en artículos anteriores) y, al que agregaremos el de héroe, puesto que desde otros países le han dedicado corridos y canciones, dentro de las cuales, destaca una interpretada por una chica llamada Dalesta, quien en su canción “El salvador de El Salvador, narra desde el día en que nació hasta sus logros como Presidente y el apoyo incondicional de los salvadoreños felices de tenerlo como Primer Mandatario diciendo en su estribillo “...y luchó, se convirtió, en el Presidente más querido de la Nación” “...al fin vivimos en libertad y paz...” y finaliza con la frase que intitula la canción: “...se convirtió en el salvador de El Salvador”. Entonces...

¿De qué manera, Nayib Bukele ha logrado aglutinar un sin número de emociones, sensaciones, sentimientos y estados de ánimo encontrados no solamente en Latinoamérica, sino en gran parte de países de otras latitudes geopolíticas?

Por años el FMLN y ARENA, dominaron la escena política y de gobierno en El Salvador; desde 2019, la llegada del presidente latinoamericano más joven con un gran uso de las redes sociales y una sólida plataforma de marketing no solamente digital y político, sino emocional, marcó la pauta para un nuevo rumbo en este país centroamericano. Y aquí es donde, hace su entrada también la Neuropolítica implementada en el uso estratégico en la toma de decisiones político-emocionales masivas así como la manera de motivarlas y hacerlas de aceptación masiva.


II. NEUROPOLÍTICA Y MANEJO DE LAS EMOCIONES BÁSICAS DEL CEREBRO PRIMITIVO EN EL DISCURSO, NARRATIVA Y STORYTELLING DE NAYIB BUKELE: ESTRATEGÍA PERFECTA ¿O UN DISEÑO EX PROFESO QUE SUPO ENCONTRAR SU NICHO?


“Si le preguntas a los latinos, no estoy hablando sólo de salvadoreños, sino de mexicanos, guatemaltecos, hondureños, colombianos, ecuatorianos, argentinos; si les preguntas al 100 % de tu audiencia, el 100 % están de acuerdo con lo que hacemos acá”. Nayib Bukele Presidente de la República de El Salvador (Reelecto ya para un nuevo período de cinco años el 4 de febrero de 2024)

Ya fuera de la euforia de este día histórico en la vida de la democracia mundial (por lo apoteósico de su triunfo en las urnas y la cantidad de participación ciudadana en las elecciones dentro y fuera de El Salvador), veamos cómo ha sido el discurso, la gestión y manejo de las emociones en los ciudadanos salvadoreños y la forma en que el equipo del Presidente Nayib Bukele ha diseñado su discurso, narrativa y storytelling. En su informe final a manera de tesina, Guillermo Eliseo Martínez y América Magdalena Mendívar nos hablan de que: “El Análisis Crítico del Discurso es la herramienta empleada para dar caza a aquellas estrategias empleadas por cualquier persona con el interés de generar un intercambio de opiniones y/o percepciones. En ese sentido, aplicado a la forma en que se expresa el mandatario salvadoreño, hay muchos aspectos presentes en sus actos de habla que sirven como indicio para hacer inferencias sobre el propósito por el cual se está refiriendo en algún momento en particular o a alguna situación en específico... ( )... pretendiendo desglosar, de manera sencilla, la existencia o no de estrategias discursivas y analizar el posible propósito por el cual éstas han sido empleadas.”

Lo anterior es de vital importancia para el desarrollo del presente texto; la percepción y aceptación de la gestión de “excesiva firmeza” (o “mano dura” para expresarlo más coloquialmente) del Presidente Nayib Bukele en El Salvador, es apoyada en su gran mayoría por los ciudadanos salvadoreños y principalmente, por los salvadoreños en el exterior quienes salieron huyendo del país o, en su defecto, intentaban -en algún momento dado- llevarse a sus familiares, mientras temían por ellos viviendo en su país de origen; quienes apoyan firmemente al Presidente Bukele, manifiestan que todas las medidas tomadas y aplicadas son necesarias para combatir la delincuencia y mejorar la seguridad en el país para así, dignificar las condiciones y la calidad de vida para los ciudadanos del país centroamericano, lo cual era ya un anhelo casi imposible en los gobiernos anteriores a su llegada a la Presidencia. Por otro lado, hay quienes “preocupados por el enfoque autoritario y la posible violación de los derechos humanos que podría implicar esta política”, tratan de hacerlo ver como un perfecto manipulador en base a las reacciones más básicas y primitivas del ser humano, utilizando este recurso recurrente para seguir afianzando su legitimación y confianza como gobernante: el miedo y el sentido de supervivencia. En este punto, surge el inevitable cuestionamiento acerca de la defensa y preocupación por la defensa de los derechos humanos de quienes jamás han respetado la vida humana en su más mínima expresión, amén de que la gran mayoría de los delincuentes tras las rejas, son asesinos, violadores y muchas otras cosas más; esto ha generado controversia en la comunidad internacional, con argumentos a favor y/o en contra del rumbo que está tomando El Salvador bajo el liderazgo del Presidente Millennial Bukele.

Todo esto causó una verdadera implosión cuando “...El gobierno de Nayib Bukele ganó fama a nivel internacional por su estrategia de seguridad de mano dura contra las pandillas. Después de un fin de semana con 87 asesinatos, el presidente declaró un estado de excepción en marzo de 2022. Casi dos años después, el gobierno de Bukele presume haber pasado de ser uno de los países más violentos del mundo a cerrar el año 2023 con una tasa de homicidios de 2.4 por cada 100,000 habitantes.” Esto ha sido el mayor motivo de popularidad pero también de controversia a nivel casi planetario del Presidente Bukele; por un lado los salvadoreños agradecen su llegada al gobierno porque mencionan que ahora, se puede caminar en las calles y los niños pueden jugar en los parques sin que nadie tema si alguien será asesinado, secuestrado o algo más. Por otra parte, se comienza a gestar un fenómeno societal de querer hacerle ver como una especie de dictador que, al través del miedo, ha logrado penetrar en cada hogar y hacerles saber que si no hay régimen de excepción, la tranquilidad, la seguridad, la confianza y la paz, no podrán afianzarse en la vida de los salvadoreños para garantizar la erradicación total de la violencia de las pandillas.

Luego entonces, para ir focalizando el punto central de este escrito, debemos enfatizar que la construcción de la imagen pública de Nayib Bukele se ha diseñado en torno a diversos arquetipos, predominando -como ya lo hacíamos saber- el del héroe, el rebelde y el outsider. Como todo líder carismático, el Presidente Bukelese presenta como el héroe (que no existía) y que protege al pueblo salvadoreño de todo tipo de amenazas, sean internas o externas. Como rebelde y su posición como outsider respecto a confrontar a las pandillas y la violencia imperante, así como su combate a la corrupción y a los métodos de la política y los partidos tradicionales que sumieron a El Salvador en la terrible situación que vivían, contribuyeron a cimentar y acrecentar su enorme popularidad. Todo lo anterior, incide directamente en la percepción de seguridad como algo esencial y vital, ya que influye en la formación de la identidad colectiva y la sensación de protección de los ciudadanos por parte de su Primer Mandatario.


III. CINCO AÑOS MÁS.. ¿Y TERMINARÁ EL ROMANCE CON EL IDEAL DE LA DEMOCRACIA O NAYIB BUKELE SE CONSOLIDARÁ COMO UNO DE LOS MEJORES PRESIDENTES EN LA HISTORIA MUNDIAL -AL MENOS EN LA HISTORIA GEOPOLÍTICA DE LATINOAMÉRICA-?


“La democracia no ha dado respuestas a la gente. Cuando se trata de seguridad, a los latinoamericanos les gustan las narrativas autoritarias. Hemos probado diferentes modelos y ninguno con éxito”. Ana María Méndez Directora para Centroamérica de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA)

Dentro de la construcción de la narrativa y del storytelling, existen tres conceptos esenciales: el concepto de poder, el concepto de historia y el concepto de idealismo. El Presidente Bukele, se distingue por siempre incluir estos constructos en el Mindset Ciudadano que conforma la estructura narrativa y la construcción delAwareness y el Top pf Mind en la ciudadanía salvadoreña dentro y fuera de su país; aunado a ello, siempre alude a la inclusión de símbolos que le identifican y logran que la conexión emocional con los salvadoreños, se haga cada vez más fuerte y más indisoluble: Dios, él como instrumento y la amor a la Patria, esto es, el Nacionalismo.

Su estandarte más fuerte, evidentemente, es el manejo de la seguridad de los salvadoreños y la dureza con la cual, los delincuentes son no únicamente sancionados, sino tratados en las cárceles con condiciones mínimas de supervivencia; por esa razón, únicamente nos avocamos a este tema sin tocar si ha fallado en sus otras acciones de gobierno, por ejemplo, en la economía (con los bitcoins, como moneda oficial) por solamente mencionar un aspecto más.

El discurso del Presidente Bukele, desde una perspectiva neuropolítica, utiliza estrategias que involucran la percepción del riesgo y la recompensa para influir en el comportamiento de la población; para ello, también hace uso de elementos que son repetitivos en la elaboración de sus mensajes a la Nación o sus comunicados oficiales (no importando si son televisados o si los hace llegar por cualquiera de sus redes sociales personales o las cuentas oficiales de la Secretaría de Prensa de la República de El Salvador). Estos elementos son: la metáfora recurrente, la confrontación con el pasado -como responsable de la situación del país-, su dramatismo y excesiva seriedad cuando hace afirmaciones o acusaciones no importando a quién o quiénes las dirija; su comunicación no verbal, su manejo de los tiempos y los espacios para siempre fijar un referente entre el antes de El Salvador y el después a partir de su llegada a la Presidencia y su estilo tan casual (jeans, playeras polo o sudaderas así como gorras deportivas) para por ejemplo, dar un gran discurso ante las fuerzas armadas de la Nación o, su excesiva elegancia cuando hay eventos oficiales o, por ejemplo, cuando se presenta ante organismos internacionales como las Naciones Unidas, por citar solamente un caso.

Algo que es fundamental destacar, es el hecho de que, finalmente, hoy nuevamente, la legitimación del Presidente Nayib Bukele se ha ratificado de manera avasalladora; a pesar de sus detractores insistiendo en que la militarización de ciertas áreas y la implementación de políticas de seguridad no pueden ser bien vistas del todo, los salvadoreños tienen un sentido de apego y de gratitud para con su Primer Mandatario y esto, considerando cómo afectan las emociones y la percepción de seguridad de la ciudadanía es un enorme argumento a favor del Mandatario.

Es sabido también que la comunicación discursiva y de construcción y reconstrucción de la narrativa del Presidente salvadoreño, incide directamente en la gestión de las emociones en positivo del inconsciente colectivo para influir en la toma de decisiones consolidando la percepción de la ciudadanía de El Salvador y el resto del mundo. El Presidente Nayib Bukele ha demostrado habilidades para conectar emocionalmente con la población, utilizando las redes sociales como una herramienta clave. El manejo efectivo de las plataformas digitales ha permitido que su mensaje llegue directamente a los ciudadanos, generando respuestas emocionales que van desde el apoyo ferviente hasta la crítica intensa y esto es parte de la estrategia, por no decir, parte del espectáculo y, retomando lo que ya se ha dicho del efecto de las neuronas espejo, ahora este fenómeno traspasa los límites geopolíticos, porque ¿quién de ustedes no ha escuchado en cualquiera de sus poblaciones, regiones o países que “...nos hace falta un Bukele”?

El efecto permea y vaya que con gran rapidez; hasta Daniel Noboa, Presidente electo recientemente en el Ecuador, ha dicho en repetidas ocasiones, que desea replicar el modelo implementado por Nayib Bukele e incluso, ha declarado que comenzará con la construcción de megacárceles para todos los delincuentes que se vayan capturando (aunque reconoce que la naturaleza de los dos países y el tipo y motivos de la delincuencia entre El Salvador y Ecuador, son totalmente diferentes).

Podríamos seguir analizando y tratando de entender este otro gran fenómeno societal y político que hoy tiene la gran oportunidad de consolidarse: el de la ERA BUKELE, en la que a pesar de todo cuanto se quiera decir o argumentar en su contra, ha logrado lo impensable para prácticamente todo el mundo: poner a la República de El Salvador, en la mirada internacional ya no sólo como un país que ha dejado de ser peligroso sino que, por el contrario, que ofrece condiciones de seguridad y de cero delincuencia tanto para sus ciudadanos, como para los visitantes y potenciales turistas que deseen llegar y constatar que lo que se dice, es verdadero presentando una inobjetable realidad anhelada por los salvadoreños por décadas sumidos en violencia extrema y situación de riesgo inminente.¡Nos leemos en nuestra siguiente columna!



 

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